Siempre creí en que la infancia de nuestros hijos es un momento de la vida en el que volvemos a nacer y a crecer con ellos a la par. Cada paso es una sorpresa nueva, algo único que nos encandila. Nos enamoramos como nunca antes y todo lo difícil de transitar la crianza se nos olvida con una sonrisa, un besito y un abrazo. Qué fáciles nos ponemos!
Fui mamá en el 2008 y desde ese momento supe lo que es vivir cada etapa, cada paso con una intensidad enorme y a la vez con una velocidad tremenda. Mirar atrás y decir “ayer estaba embarazada y hoy estoy organizando su primer añito”. Ese abrir y cerrar de ojos en el tiempo me obsesionó con querer parar todo y congelar cada etapa de mis hijos como si fueran tesoros. Conocí la fotografía infantil y me di cuenta que eso era lo que tenía que hacer para lograrlo.
En el 2013, mientras trabajaba con mi título de Lic. en Comercialización, quedé embarazada de mi segundo nene y decidí que no quería esta vez dejar pasar ninguna etapa sin sellarla y a partir de ese momento guardar cada una de una forma especial. Así que con primer hijo en brazos y el segundo en camino empecé a estudiar fotografía de recién nacidos e infantil.
Fue un camino de ida: lo que había empezado como algo “para mí” se convirtió en “para todas las mamás” que conocía y luego que no conocía pero me llamaban por recomendación. Fue un camino difícil, con un trabajo fulltime en una empresa y una casa que pilotear, pero hermoso que cada vez cobraba más peso en mi vida. Esos días que veía todo negro y quería largar porque no daba más entre la oficina, los nenes, la casa, la familia, las sesiones, y yo misma!… siempre aparecía una mamá agradeciéndome por las fotos de su bebé, me recomendaban más y más mamás, o surgían proyectos nuevos que me alentaban a seguir.
No sé cómo hice pero seguí con Fabiana Blanco Photography casi por inercia, trabajando durante los tiempos que no tenía para hacer crecer mi pasión. Hasta que por fin, en el 2017 lo logré: renuncié al trabajo en la oficina y convertí pasión en mi único trabajo.
Hoy me encuentro con la felicidad de tener mi estudio totalmente consolidado y fotografiando más y más nuevas vidas. Tuve y tengo el placer de ser la fotógrafa oficial de muchas personalidades famosas, mis fotografías salieron en varias oportunidades en las principales revistas del país y me siento muy orgullosa de contarlo… Significa que el amor que que pongo en cada fotografía es valorado.
Como todo en esta vida, mis sueños evolucionaron y me propuse una nueva meta: compartir mi experiencia en este mundo y enseñar.
Continuará…